SUVARIA
Pendientes de enredaderas de jardín de medianoche
Pendientes de enredaderas de jardín de medianoche
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Un jardín de plata se alza sobre el plano, con su entramado calado que se curva como enredaderas trazadas por la luz. Cada pétalo y zarcillo está serrado y esculpido a mano para sobresalir con orgullo en la superficie, de modo que el patrón proyecta sombras vivas, un efecto más de entramado dimensional que de filigrana plana. Debajo, el ónix negro pulido en forma de lágrima recoge la noche y ancla el diseño con una serena gravedad.
Estos pendientes de plata de ley hechos a mano combinan delicadeza y presencia: arabescos etéreos por encima, gemas reflectantes por debajo. La silueta evoca biombos persas y estuco tallado, donde la geometría se integra a la naturaleza, creando un fascinante juego de sombras y brillos. Al llevarlos en movimiento, los pendientes revelan su profundidad desde cualquier ángulo, un poema arquitectónico que llevas contigo.
Perfectos como pendientes llamativos para veladas, ceremonias y noches de galería, pero lo suficientemente ligeros como para combinar con un look minimalista de día. La combinación de plata y ónix, luz y oscuridad, enrejado y gota, encarna la devoción de Suvaria por la tradición modernizada.
Materiales: Plata de ley maciza (925); cabujones de ónix negro en forma de lágrima; cierres de gancho de plata de ley.
Dimensiones: 3 cm * 5 cm sin el gancho
Acabado: Plata satinada mate con bordes pulidos; calado de precisión; elementos florales entrelazados y dimensionales (no son planos cuando se los mira de lado).
Estilo: Pendientes de plata calados hechos a mano de forma artesanal; filigrana inspirada en celosías persas; pendientes llamativos con gotas de ónix negro.
Ocasiones: Eventos nocturnos, bodas y celebraciones culturales, cenas formales, inauguraciones de galerías; impactante con looks sencillos en negro, seda o a medida.
Inspiración del diseño: motivos arabescos en capas y enrejados de jardín de la arquitectura persa: patrones que cambian con la luz y se hacen eco de las mamparas jali y el estuco tallado.
Simbolismo: El enrejado sugiere armonía e infinito; el ónix se asocia tradicionalmente con la conexión a tierra y la protección; la lágrima recuerda al agua, la vida del jardín.
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